Rompía los parámetros de belleza que ha escuchado desde pequeña,
no tenia el mar en su mirada, aveces tenia terrones de chocolate, otras veces su mirada se tornaba tan cálida como el café...
Yo me moría por encender un cigarrillo y beber el café de sus ojos o probar el chocolate de su mirada, era ese color marrón, el que me conquistaba, era como si tuviese un imán en el iris de sus ojos, y un agujero negro en vez de pupila, que me hacia perder la gravedad.
su cabello no era como los rayos del sol, era negro, negro como el carbón, y de el se desprendía un delicioso olor, su cabello danzaba entre el viento, era como si hasta la naturaleza quisiera tener algo que ver con el, y desease empujarle un mechón hacia la cara, solo para que sus manos, haciendo las veces de cepillo, lo moldearan hacia atrás, era largo como las noches en soledad, que no le afligían pues era feliz sola y también en compañía.
Su sonrisa era perfecta, la literatura le regalo un par de comillas para que encerraran sus labios, verle sonreír era como ver un amanecer, inexplicable;
amaba la lectura, la poesía era su debilidad, y yo moría por escucharla recitar, ella adornaba su voz con un arpegio de guitarra, su voz, su voz, era chillona y algo desalineada, pero que placer mas tentador escuchar los versos que le salían del corazón.
sus manos eran delicadas, pequeñas y se veían algo frágiles, nadie imaginaria que fueran las herramientas con las que hablaba, dibujaba, pintaba y escribía, ese era su idioma, amaba destruir, construir y moldear cosas a su antojo, se sentía feliz al poder sentir entre sus manos las texturas de las cosas incluyendo la comida, cualquiera se avergonzaría, pero yo, yo le admiraba.
amaba las noches, eran el momento en el que podía soñar despierta y también dormida, pero prefería el desvelo, por que amaba el silencio, el aire de la oscuridad nocturna, y los sentimientos de la ciudad que salían a vagar después de media noche, le apasionaba contar las estrellas y todo lo que se parece a ellas, pecas, lunares, heridas... pero siempre perdía la cuenta, los números no eran su fuerte, le iba mejor con las letras, las pinturas y las acuarelas, y la noche era perfecta para conjugarlo todo.
...
Así era ella, querer conocerla y entenderla me desgasto días y noches enteras, y aun me sorprende, así es ella, compleja pero simple, si la conoces sabes bien de quien te hablo... Así es ella, así..
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